El Mercurio | Francisca Vargas opina sobre alza de otorgamiento de visas a ciudadanos venezolanos

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04 / 04 / 2018

Por la calle San Antonio, donde se ubica el Departamento de Extranjería y Migración (DEM) del Ministerio del Interior, han caminado durante el último tiempo el ministro del Interior, Andrés Chadwick, y su subsecretario, Rodrigo Ubilla.

“(Hemos estado) a las siete y media de la mañana, viendo y compartiendo con los migrantes que hacen fila esperando”, dijo ayer el jefe del Gabinete ante la comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados, donde presentó los principales lineamientos de las indicaciones que introducirá el Ejecutivo al proyecto de Ley de Migración y Extranjería enviado en 2013.

Allí, justamente en la calle San Antonio, es donde cientos de inmigrantes esperan a diario para conseguir sus permisos. Según datos del DEM que consolidó “El Mercurio”, el año pasado se otorgaron 267.596 visas (temporarias, sujetas a contrato y para estudiantes), un 53% más en contraste a las 174.969 de 2016.

Los nuevos migrantes

En las nacionalidades que predominan en la entrega de estos documentos se ve el reflejo de la llegada de haitianos y venezolanos. Particularmente estos últimos han irrumpido: 73.386 de las visas otorgadas el año pasado fueron para inmigrantes provenientes de Venezuela (ver infografía), mientras que 46.239 se entregaron a isleños.

Para Francisca Vargas, directora de la Clínica Jurídica de la U. Diego Portales, la alta cifra de venezolanos debe ser vista con el foco puesto en la crisis que atraviesa su país: “Lo que hemos podido observar es que muchas personas que realmente responden a un motivo forzado de migración (…) estando acá no siempre piden refugio, sino que se van por otros tipos de visa, a pesar de esta necesidad que ellos podrían tener, porque no conocen (que existe la opción) o no se sienten refugiados”.

Frente a esto, plantea que la creación de una visa humanitaria, específica para estos casos -la cual estaría contemplada en el proyecto del Gobierno, según anticipó ayer Ubilla-, sería recomendable. “Esto podría aplicarse a las personas de Venezuela, que quizás no caben tan bien en la definición de refugiado”, analizó la académica de la UDP.

Centralización

Las permanencias definitivas -permisos otorgados para residir de forma indefinida en Chile, que pueden solicitarse tras pasar al menos dos años con visa sujeta a contrato o un año con visa temporaria- también registraron un aumento considerable: pasaron de 53.622 a 87.757, entre 2016 y 2017 (63% más).

El 65% de las visas otorgadas el año pasado fueron a personas que declararon vivir en la Región Metropolitana, tendencia que se replicó en el caso de las permanencias definitivas: el 72% se entregó allí.

Según Eduardo Caroza, secretario ejecutivo del Movimiento de Acción Migrante (MAM), este fenómeno responde, por un lado, a la centralización que se da en las capitales a nivel mundial y, por otro, a patrones de conducta. “Generalmente en donde ya hay más personas, vienen más personas. Ya sea por reunificación familiar, porque tienen alguien conocido…”, añade.

En esa línea, afirma que podría ser recomendable informar en el lugar de origen de los migrantes sobre los mercados de trabajo y la situación de distintos lugares de Chile: “El tema de la migración se está tomando como una cuestión de fronteras (…) Pero la migración que llega a Chile o a todos los países tiene un lugar donde parte”.

“Si se pretende descentralizar, habría que generar políticas más bien de incentivo que de desplazamiento forzado. Podría ser interesante, en la medida que haya regiones que puedan absorber estos colectivos y esta mano de obra”, plantea Verónica Cano, académica de la U. de los Andes y doctora en Migraciones internacionales.

Las esperas

Entre los datos que Ubilla expuso ayer a los parlamentarios, estuvo el número de atenciones brindadas por el DEM el año pasado: 823 mil, con un tiempo de espera promedio de 139 días para recibir una visa, y de más de 200 para la permanencia definitiva.

“Esa persona está llorando por tener su documento y trabajar y nosotros nos demoramos 249 días”, recalcó.

Entre otras medidas para descongestionar el DEM, Ubilla anunció mejoras al centro de llamados y una coordinación con la red ChileAtiende.

0404 - El Mercurio - Visas Migrantes - Francisca Vargas