La Segunda | El acusado de acoso en el Metro que ganó en los tribunales – Cristián Riego

COMPARTIR

31 / 05 / 2018

Han pasado cinco meses desde esa mañana en que Samuel Salinas (59), quien trabaja en una constructora, viajaba a las 7.30 horas por la Línea 6 del Metro rumbo a la Estación Franidin. Era un viaje lento. El convoy se detenía a cada rato y él tardó casi una hora en ir desde Cerrillos hasta la conexión con la Línea 2, tramo que debiera haberle tomado minutos. Hasta la tarde de ese 18 de enero, ese era el único recuerdo que podría haber retenido de la jornada. Eso, hasta que de pronto sonó el teléfono de su esposa.

“La llamaron y le preguntaron qué había pasado, porque andaba una foto mía en Facebook, diciendo que yo había cometido algún hecho en el Metro. Yo no tengo Facebook, así que tuve que ver el de mis familiares”, relata Salinas, quien luego vio que en la imagen aparecía él en segundo plano y, más cerca del lente, la mitad de la cara de una mujer junto a la frase “funa a este cerdo asqueroso”.

La cuenta de Facebook es Kimy Blue, pero los hijos de Salinas dieron con su nombre el mismo día de la publicación: Kimberly Bustos (24). Ella afirmaba ser víctima de tocaciones en el Metro. “Después que apareció la primera publicación, empezaron a decir que yo era vendedor ambulante, que me habían pillado tres veces haciendo lo mismo, que me habían llevado preso”, describe Salinas. “Además, una persona se ofreció para matarme y cortarme la cabeza”, añade.

Fue tal la avalancha de réplicas que tuvo la foto, que Salinas presentó una constancia en Carabineros, pero ante el nulo efecto de esa medida, once días después interpuso una querella por injurias y calumnias en contra de la muchacha. Su abogado, Víctor Manea, reunió 51 páginas tamaño carta con los violentos comentarios que había generado la primera acusación en las redes sociales.

“Todos los datos estaban equivocados. Él tiene un trabajo profesional, irreprochable conducta anterior. Estaban definiendo a una persona sobre la base de informaciones falsas. Ni siquiera existía una denuncia en su contra”, dice su abogado. Además, señala Salinas, la joven quedó a sus espaldas en el carro, porque debido a la aglomeración él quedó mirando hacia la parte de adelante del tren, cerca del tubo central que está en el pasillo frente a la puerta.

La denuncia tuvo frutos, porque el pasado 16 de mayo la mujer le ofreció disculpas en una audiencia programada en el 10° Juzgado de Garantía de Santiago, donde se acordó bajar la publicación y subir una nueva con “disculpas públicas por publicar en red estas injurias”, dice el documento que sintetiza la audiencia. «La Segunda» contactó a la defensora pública de Kimberly Bustos, María Jiménez, quien señaló que por instrucción de su defendida no se referirá al caso.

El día de los hechos

Según recuerda Bustos, ese 18 de enero él movió el bolso donde llevaba un computador y sintió que alguien le dijo “Qué te pasa h…”. El respondió “qué te pasa a ti”. Y luego nada pasó hasta que se bajó en la estación Franklin y vio por el rabillo del ojo que alguien le tomaba fotos con un teléfono. Durante el juicio, su abogado pidió imágenes de las cámaras de los carros al Metro para respaldar la querella, pero la empresa dijo que no había.

“Al ver la pena que arriesgaba cuando estábamos por ir a juicio oral”, dice el abogado, “ella solicitó a través de su defensora llegar a un acuerdo. Después, nos enteramos que en una página más privada de Facebook dijo que fue obligada por la justicia y presionada. Y se queja de que interpuso una denuncia que no fue acogida pero la presentó cuatro meses más tarde”. A eso Salinas agrega que, luego que lo increpó, ella siguió en el mismo sitio en el tren, sin moverse para otro lado.

Recuadro :
Cristián Riego (UDP): “Esto es algo excepcional, aunque se podría pensar en alguna regulación”

El director de la Clínica Jurídica de Acciones de Interes Público de la UDP, Cristián Riego, dice que la acusación de la que fue objeto Samuel Salinas es algo “excepcional”. A juicio del académico, “el hecho de hacer acusaciones falsas por Internet es algo más amplio. Uno podría pensar en algún tipo de regulación, como el ‘derecho al olvido’ que existe en otros países, que es la posibilidad de pedirle a empresas como Google que borren los antecedentes. Eso está regulado en otros países, pero no en Chile”.

Riego recuerda que la publicación de informaciones falsas “está cubierta por la ley salvo que haya alguna mala intención por parte de quien la emita”. El abogado descarta en estos casos recurrir a mecanismos como el que hace poco se usó en Malasia, donde un turista fue encarcelado por publicar una información falsa. “Son países que no se caracterizan por tener legislaciones avanzadas. Al contrario, son autoritarios. Así que no creo que sea el camino a seguir”, dice.

En cuanto al caso específico de ser sujeto de una acusación de índole sexual por Facebook, a Riego le parece que el camino por el que se inclinó Salinas es el indicado. “Si se trata de otras cosas, como un acto de discriminación, en que se persiga a una persona por su raza o su orientación sexual, ahí se podrían usar mecanismos como la ley Zamudio o presentar una demanda en un juzgado civil. También me ha tocado ver casos laborales, donde un trabajador es sujeto de una especie de bullying por las redes sociales. Y ahí la ley laboral tiene normas”.

Añade que junto a la querella por injurias se puede presentar anexada una demanda civil por daños. “Se puede acreditar que la publicación causó un daño moral y sufrimiento”, dice y recuerda que este tipo de delitos —injurias y calumnias—son delitos de persecución privada.