Profesor Eduardo Jara: “La teoría es importante, pero muchas veces lo que te hará ganar un juicio es como enfrentas el caso en los tribunales”
El académico ha estado ligado a Derecho UDP desde el año 1987 y ha formado a cientos de alumni de la Facultad.
02 / 09 / 2024
Con más de 45 años de experiencia profesional, el profesor Eduardo Jara ha trabajado en varias áreas del ejercicio del derecho, siempre ligado a la docencia en la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales. Partió como ayudante de cátedra a fines de la década de los 80. “Me consta que varios de los alumnos de esta Facultad que han trabajado conmigo como procuradores y luego como abogados, hoy son destacados profesionales”, destaca el académico.
“Entré a estudiar Derecho a la Universidad Católica de Valparaíso en el año 1973 y, desde segundo año, fui procurador en estudios de abogados que se dedicaban al litigio y a asesorías a grandes empresas en materia civil, comercial y laboral. Egresé en 1978. Me gustaba el derecho penal e hice mi práctica profesional en ese área. El año 1982, una vez titulado, me independicé y comencé a trabajar como litigante formando parte de estudios de abogados con comunidad de techo. Al principio, tomaba juicios en toda clase de materias, especialmente penal, civil y laboral. A partir de 2004 tuve que estudiar la reforma al sistema procesal de familia para impartir clases y especializar a los jueces, y me dediqué a temas de familia”, recuerda.
Hoy, el profesor Jara asesora, principalmente, a dos grandes empresas (una isapre y una empresa de logística) y litiga en juicios civiles y de familia. Sobre la justicia penal, señala no tener “la paciencia necesaria para lidiar con el sistema”.
“A veces a uno le gustan ciertas áreas del derecho, pero la práctica profesional y, especialmente los clientes, lo derivan a uno hacia otras. Un abogado puede ejercer bien en varios campos del derecho. Especializarse no es tan complejo como parece. Es estudio, dedicación y mucha práctica”, agrega.
En 1990, cuando se incorporó como profesor titular a la UDP, impartió Derecho Procesal. Hasta el año 2005 aproximadamente, dictó tanto el Derecho Procesal Civil como Procesal Penal. A partir del año 2010 en adelante, se interesó por dictar solo aquellos cursos de Derecho Procesal en que siente que puede aportar más y ellos son: Procedimientos Civiles, Recursos Procesales, Cautelares, Procedimientos Especiales, Juicio Ejecutivo y de Familia. Además, ha sido parte del equipo docente en los Diplomados de Familia que ha impartido la Facultad.
-
¿Qué le gusta de enseñar en la UDP?
Poder entregar a los alumnos mi visión del Derecho Procesal como abogado que ejerce durante muchos años activamente la profesión. Explicarles a los alumnos como es la realidad de un proceso. Que la teoría es importante, pero muchas veces lo que te hará ganar un juicio es cómo enfrentas el caso en los tribunales.
Siempre les cuento a los alumnos lo que leí de un abogado litigante. Él planteaba una pregunta: “Si llegas al aeropuerto y te dan a elegir entre volar con un piloto que fue el mejor alumno de la academia porque obtuvo puras notas siete en meteorología, aerodinámica, navegación, pero tiene pocas horas de vuelo, o volar con otro piloto que tiene miles de horas de vuelo, pero no fue el más mateo de su curso: ¿Con cuál vas a volar?”
“Sugería que con este último, porque puedes presumir que sabe aspectos teóricos, pero lo más importante es que ha pasado por todas las experiencias de vuelo y las ha sorteado adecuadamente. Eso es saber volar y es lo que te da tranquilidad y confianza. Nada te garantiza que el avión no se va a caer, pero en la adversidad, la experiencia es muy importante”.
Esto, aplicado al Derecho, demuestra la importancia de ejercer la profesión para enseñar, y lo podemos transmitir a los alumnos.
-
¿Qué caracteriza a las y los estudiantes de Derecho UDP?
Puede que no guste mi respuesta, pero pienso que el estudiante de Derecho de la UDP, en relación con los de otras universidades como la Universidad de Chile, por ejemplo, en la que hice clases por más de 30 años, no se diferencian mayormente. Estimo que son las generaciones de estudiantes las que marcan las diferencias entre estudiantes. Es el momento histórico el que los compromete más o menos.
Siempre existen alumnos de cada generación que se destacan y terminan siendo líderes. Lo que me consta, es que varios de los alumnos de esta Facultad que han trabajado conmigo como procuradores y luego como abogados, hoy son destacados profesionales.
-
¿Qué significa para usted enseñar en la Facultad de Derecho UDP?
Tengo un compromiso especial con esta Facultad que empezó en 1987 cuando ingresé como ayudante de profesores que marcaron época. Imposible olvidar a Carlos Cerda, Alberto Chaigneau, Carlos Pecchi, Davor Harasic, y tantos otros grandes profesores de derecho procesal y de otras ramas. Al final fueron ellos los que prestigiaron esta facultad. Con pocos recursos sacaron adelante un proyecto que terminó siendo, en muy poco tiempo, una de las tres mejores facultades de Derecho del país. En la primera década de este siglo, generaciones más recientes de profesores de esta facultad lideraron grandes reformas en materia procesal. Por ello, es un orgullo pertenecer y continuar enseñando Derecho Procesal en la UDP.
-
¿Qué es lo más desafiante de enseñar en Derecho UDP?
Como profesor de esta Facultad, el desafío es seguir enseñando y aportando a las nuevas generaciones de estudiantes, considerando que cada año se incorporan a la docencia nuevos profesores, ahora ya formados íntegramente en esta Escuela y habiendo cursado magísteres y doctorados. Ellos generan publicaciones que son reconocidas en las principales revistas de derecho.
-
¿Qué consejo o recomendación le daría a quienes se encuentran cursando la carrera y les gustaría seguir una trayectoria similar a la suya?
Tratar de ser ayudante lo antes posible. Acercarse a los profesores mostrando interés en el curso. Ofrecerse para tareas que quizás al principio no son muy desafiantes y pueden ser monótonas. Todo ello otorgará experiencia docente y luego, perfeccionarse. Una vez titulado, tratar de ejercer la profesión de abogado ya que ello le dará una visión distinta al docente, que al final es una ventaja. Participar de los concursos para profesor y no decepcionarse si a la primera vez no se es elegido, como me pasó. Ya llegará el momento.