Entrevista a Vicenzo Mongillo, profesor italiano invitado a la Cátedra Muñoz Conde UDP: “La relación entre política y justicia es siempre delicada”
Vicenzo Mongillo - La Tercera
10 / 09 / 2025
“La relación entre política y justicia es siempre delicada: son funciones esenciales de las que dependen tanto la calidad de la democracia como la estabilidad del Estado de derecho (…) En Chile se observan dinámicas semejantes: casos mediáticos recientes han generado una fuerte presión sobre los magistrados y un debate público muy polarizado. Esto demuestra que el riesgo no es exclusivo de Italia ni de Chile, sino característico de muchas democracias contemporáneas. El desafío común es claro: preservar la independencia judicial y, al mismo tiempo, evitar que la jurisdicción se convierta en un actor político paralelo”.
“El populismo penal es un fenómeno en ascenso en todas partes. Se traduce en la tendencia de los gobiernos a responder a cualquier problema social con nuevas figuras delictivas o con el endurecimiento de las penas, buscando enviar una señal inmediata a la opinión pública. Pero aumentar las dosis de poder punitivo no resuelve los problemas reales: funciona más bien como una especie de “ansiolítico social” en sociedades atravesadas por miedos e incertidumbres cada vez más intensos. Pesa en estas dinámicas también el papel de los medios de comunicación, que tienden a espectacularizar la justicia penal”.
“A ello se suma la influencia de las redes sociales, que penetran en capas prerreflexivas, pulsionales y emotivas del comportamiento. El efecto es doblemente negativo: por un lado, se debilita la racionalidad del derecho penal, que debería ser un instrumento de contención racional del poder punitivo al servicio de la tutela de bienes jurídicos reconocidos; por otro, se deteriora la calidad de la democracia, porque se utilizan las emociones y los miedos de los ciudadanos para legitimar políticas penales más simbólicas que efectivas. En lugar de reforzar la confianza en las instituciones, este camino termina generando frustración y desafección hacia el Estado de derecho”.
“Mi auspicio es, ante todo, no instrumentalizar el derecho penal con fines de consenso electoral. En particular, evitar la creación de nuevos delitos o el endurecimiento simbólico de las penas como herramienta de campaña. En lo específico del lawfare, lo más sensato es respetar siempre la independencia del Poder Judicial, garantizar reglas claras y estables para las investigaciones y asegurar un debate público informado, libre de manipulaciones mediáticas. Solo así se puede preservar la confianza ciudadana en la justicia y en la democracia”.