"El futuro de las y los abogados es inteligencia artificial, y es mejor estar preparados y que nuestros estudiantes se hayan capacitado en estas tecnologías y herramientas desde su primer día de clases", sostiene.
12 / 09 / 2025
El profesor Rafael Mery, de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, ha sido nombrado Director de Inteligencia Artificial y Derecho. Este nuevo cargo significa que el académico tomará un rol más “intenso” y que le permitirá traer su experiencia en la profesión legal como consultor de firmas y gerencias legales. “Estoy convencido que la educación jurídica viene a una velocidad que la está dejando muy atrás de los avances que se están observando en la profesión legal”, señala.
“Rafael Mery es, desde hace años, un referente a nivel nacional en el estudio de la profesión jurídica. Es un experto que ha seguido de cerca la evolución que ha experimentado y sus tendencias recientes. En ese contexto, ha prestado especial atención a la introducción de la tecnología e inteligencia artificial (IA) en el quehacer de abogadas y abogados, y está ayudando a estudios jurídicos, y a la academia, a reflexionar sobre la transformación que de ahí se desprende para el rol requerido de estos profesionales”, destacó el decano Jaime Couso.
“La preparación de nuestros egresados, no solo en la disciplina jurídica, sino también en las competencias propias de la práctica profesional, constituye nuestra principal misión institucional. Lo primero -formarlos de manera sólida en las principales ramas del derecho, y en sus fundamentos teóricos- ha sido nuestro sello y foco principal. Pero desde hace unos años hemos profundizado la atención en las destrezas propias del ejercicio profesional, cada vez más demandas por el medio. Por esto, le hemos pedido a Rafael que asuma una nueva Dirección de Inteligencia Artificial y Derecho, que sirva como espacio de reflexión y toma de decisiones para innovación curriculares y pedagógicas, que aporten a nuestros estudiantes desde el primer semestre, hasta su graduación, estas competencias”, agregó el decano.
Para él, el rol que deberá cumplir esta nueva línea en el plan de estudios será “en primer lugar, un papel de apoyo en el estudio y formación académica en la disciplina del Derecho. La IA, bien aplicada, permite a los estudiantes mejorar su capacidad de estudio, investigación y creación. Les ahorra tiempo en las tareas más rutinarias, mejora el acceso a información, de diversas fuentes y en distintos idiomas, y es un buen tutor para perfeccionar sus trabajos escritos. Si se les enseña a usarla en contexto que no les prive de -sino que también potencie- por su parte, la oportunidad (y la exigencia) de aprender a formular por sí mismos ideas y argumentos, así como de consultar las fuentes de información imprescindibles en la investigación jurídica, la combinación de inteligencia jurídica humana y artificial, mejora claramente su potencial. Eso lo enseñaremos a nuestros estudiantes desde el primer semestre, en un Taller de Inteligencia Artificial en la Escritura Legal”.
“En segundo lugar, la IA debemos enseñarla a estudiantes de los últimos semestres, en relación con las aplicaciones y desarrollos que están disponibles y que se proyectan para su uso en los estudios jurídicos y, en general, en la industria legal. Y justamente acabamos de crear un curso para estudiantes del penúltimo semestre de carrera, sobre tecnología e IA en la profesión, que les introducirá en esos desarrollos y les enseñará, inicialmente, a usarlos”, continúa.
“Por último”, concluye Couso, “la IA debe ser incorporada de forma transversal, como herramienta al servicio del aprendizaje y de la producción académica, en las diversas disciplinas y ramas del Derecho, así como en la actividad final de graduación, que hemos concebido como un programa de integración de los principales aprendizajes de la carrera, a través de diversos ejercicios de investigación y escritura profesional avanzada, del tipo de aquellos que los graduados deberán realizar en los primeros años de ejercicio de la abogacía. La IA tiene un importante papel que cumplir ahí también. En todos estos desafíos, nuestra nueva Dirección de Inteligencia Artificial y Derecho, a cargo del profesor Rafael Mery, constituirá un apoyo y un impulso fundamental”.
El profesor Mery comentó su opinión sobre el uso de la IA, tanto en la profesión como en las escuelas de Derecho, y sobre los nuevos desafíos que enfrentará en este nuevo cargo:
- ¿Cuál es tu visión sobre el impacto de la inteligencia artificial en el mundo jurídico y en la formación de futuros abogados?
El futuro de la profesión legal va ir de la mano de manera cada vez más intensa de la IA y lo que hoy vemos es solo el comienzo. Es probable que la IA no se trate solo de una herramienta que apoye el trabajo de los y las abogadas, sino que realice muchas de las cuestiones que hasta ahora hacen los y las profesionales en el día a día. De allí que la demanda de conocimientos sobre IA haya aumentado, pero, por sobre todo, el uso de la IA en la formación jurídica será fundamental. Mi impresión es que los estudiantes de derecho requieren hoy una preparación en estas herramientas que tendrá mucho más valor que muchos de los cursos que hoy se enseñan en las universidades.
Según el último Informe de Tecnología Legal de Bloomberg Law, más del 67% de las facultades de derecho en Estados Unidos han integrado algún tipo de herramienta de aprendizaje o simulación basada en IA en su currículo. En Chile no conozco a ninguna facultad de derecho que lo esté haciendo de manera seria. En general, los abogados se aproximan a este fenómeno desde lo conceptual, y por ello vemos en el último tiempo muchos anuncios de nuevos programas de posgrado o de extensión que, si uno los mira en detalle, se tratan de programas de derecho de la tecnología y no de tecnología legal. Dicho de otra manera, se trata de programas de derecho que abordan los problemas jurídicos que se pueden presentar con ocasión de la IA, es decir, las implicancias jurídicas de la implementación de sistemas de IA. Pero lo que se necesita es capacitación en el uso y aplicación de la IA.
- ¿Cuáles serán los principales focos de trabajo de la línea de IA en Derecho durante esta etapa?
Mi interés en esto tiene que ver con el futuro de los y las estudiantes de la Facultad de Derecho UDP. Cuando ellas y ellos sean abogados, no será suficiente haber estudiado en una de las mejores facultades de derecho del país. La brecha que hoy existe entre lo que se enseña y cómo se enseña, y práctica profesional que estos estudiantes enfrentarán, nos obliga a estar más atentos a los avances tecnológicos y a incorporarlos intensamente en la formación jurídica.
La formación jurídica, al igual que la profesión legal, se va a ver fuertemente impactada por la IA. Hoy ya estamos viendo cómo la IA ayuda a adaptar las metodologías y los materiales de estudio según las características (fortalezas y debilidades) de los y las estudiantes. La Universidad de Stanford (EE.UU.) implementó un programa piloto de tutoría personalizada basada en IA que parece estar dando buenos resultados, principalmente en la retención por parte de los estudiantes de los conceptos fundamentales. Este tipo de metodologías -que debiéramos pensar en la UDP- permite a los y las estudiantes recibir apoyo específico, similar a un tutor privado. No reemplaza al profesor, pero mejora muchísimo el aprendizaje.
Con todo, lo que debiéramos aspirar en una primera etapa es que se usen las herramientas de IA y se incorporen en el currículo de manera particular y transversalmente. Dicho en simple, debemos enseñar contratos en los cursos de derecho civil y, a la vez, enseñar a los y las estudiantes a usar la IA en la redacción, gestión, interpretación y ejecución de los contratos.
- ¿Qué desafíos ves en la incorporación de la inteligencia artificial en la enseñanza del Derecho?
El desafío es precisamente ese: incorporar -cada vez más intensamente- la IA en la enseñanza del Derecho. El futuro de las y los abogados es inteligencia artificial, y es mejor estar preparados y que nuestros estudiantes se hayan capacitado en estas tecnologías y herramientas desde su primer día de clases.
Mi desafío es que en la Facultad de Derecho UDP se deje atrás la prohibición del uso de la IA y se diga: en esta escuela se usa IA y estamos formando a las y los abogados del futuro.