Investigación revela falencias en el sistema de abogados que representan a niños en procesos proteccionales

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18 / 12 / 2019

Documento redactado por la profesora de Derecho UDP Andrea Bustos concluye que la actual figura de curadores ad litem (abogados designados por jueces de Familia que representan a niños, niñas y adolescentes) se encuentra escasamente definida y regulada. Ello perjudica su adecuada representación legal, algo particularmente complejo en procedimientos proteccionales.

Representar a niños, niñas y adolescentes en un juicio proteccional es un trabajo delicado, en el que están en juego los derechos de menores de edad que, en la mayoría de los casos, vienen de contextos vulnerables. Y, sin embargo, la ejecución de esa relevante labor tiene aún grandes falencias en Chile, según muestra una investigación liderada por la abogada y  profesora Andrea Bustos, de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales.

La académica, con la colaboración de estudiantes de la misma facultad, llevó a cabo un trabajo de más de un año que incluyó decenas de entrevistas con los llamados abogados curadores ad-litem (designados por jueces de Familia para representar a niños, niñas y adolescentes) así como con magistrados, consejeros técnicos de tribunales y profesionales de residencias de menores de edad.

Su diagnóstico es que aún hay importantes deficiencias en la aplicación de la ley, que en 2004 creó la figura de los curadores a fin de cumplir con la Convención de los Derechos del Niño. Entre las principales deficiencias están la escasa definición de las funciones de este tipo de abogados, el bajo número de profesionales que desempeñan este labor, la falta de capacitación para relacionarse con sus representados y la inexistencia de un registro de los profesionales que realizan estas funciones.

“Encontramos que muchas veces los curadores ad-litem ni siquiera entrevistan a los niños, o lo hacen minutos antes de entrar a la audiencia”, señala Bustos. “Esto en parte se produce porque bajo una visión adulto-céntrica del proceso judicial; muchas veces no se le da la importancia que tiene a la voluntad del niño, en circunstancias que son sus derechos los que están en juego en estos juicios”.  Agrega: “Nos parece que lo anterior es grave, y está sorprendentemente invisibilizado”.

La académica añade que el hecho de que los curadores ad-litem sean directamente designados por los jueces puede afectar su independencia. “Pueden transformarse en litigantes muy pasivos”, sostiene. “De otra manera, con funciones mejor definidas, mejor capacitación y más autonomía, podrían incluso levantar alertas sobre la vulneración de derechos que hoy no se levantan”.

La investigación, desarrollada como parte de un curso lectivo de la Facultad de Derecho UDP, está disponible en este link.