Juan Manuel Rodríguez, María Paz Chaigneau y María José Rodríguez: Una familia vinculada a Derecho UDP
Juan Manuel, María Paz y María José tienen varias cosas en común. Primero, que estudiaron Derecho; segundo, que lo hicieron en la Universidad Diego Portales; y tercero, que son familia.
15 / 04 / 2025
En 1986, cuando Juan Manuel Rodríguez (JM) y María Paz Chaigneau (MP) comenzaron sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales -que se ubicaba en Ejército 233 y tenía a Jorge Correa Sutil como decano- la primera generación de estudiantes aún no había egresado. “Para mí fue una etapa principal e indispensable en mi vida. El cambio del colegio a la universidad fue enorme, pese a que tuve a varios compañeros de colegio que siguieron el mismo camino. Se trataba de una época en que la política jugaba un rol principal en la vida nacional, y el paso por la Escuela naturalmente perfiló mis propias posiciones. Fui un estudiante interesado, aunque del montón, pero de todas formas estreché lazos con muchos profesores a quienes considero mis formadores hasta al día de hoy”, recuerda JM.
“Me gustaría nombrar a Nancy de la Fuente, Gonzalo Figueroa, Jorge Mera, Jorge Correa, Roberto Mayorga y muchos otros más. Todos grandes profesores. Además, hicimos grandes amigos, que son justamente los que más veo hasta el día de hoy. Cuando nosotros ingresamos, la primera generación iba recién en IV año, o sea, nadie había egresado, lo que provocaba cierta unidad de propósitos entre todos, y las amistades, relaciones y actividades en general trascendían las generaciones. Podría decir que hasta el día de hoy todos nos reconocemos cuando nos vemos en la calle”, agrega.
Para MP, su paso por la Facultad de Derecho UDP marcó su vida en muchas formas: “En el ámbito académico, creo que toda nuestra generación está marcada por el privilegio de haber tenido a excelentes profesores, comprometidos con transmitirnos no sólo conocimientos, sino una forma de ver el Derecho que caló muy profundo en todos nosotros. En una Universidad que aún no contaba con egresados, sentíamos la necesidad de demostrar que éramos capaces y eso se manifestaba en el interés y esfuerzo que teníamos en estudiar y responder a las expectativas”.
En el ámbito personal, por otro lado, fue donde conoció a Juan Manuel. “Empezamos a pololear en segundo año y este año cumplimos 31 años de matrimonio con 3 hijos maravillosos. Además, hasta hoy nuestros mejores amigos son Portaleanos, con quienes hemos compartido nuestras vidas, intereses, sueños y proyectos. Siempre me he sentido muy orgullosa de haber pasado por la Universidad, porque fuimos una generación que marcó la diferencia y abrió camino para los que vinieron”, relata.
María José Rodríguez (MJ), que inició sus estudios treinta años más tarde, en 2016, define esta etapa como de “apertura de mente”. “Pasar por la UDP me abrió caminos y me presentó muchos desafíos. Mi vida cambió entrando a la universidad, me obligó a escuchar y respetar opiniones distintas, pero también a defender las mías. Aunque mi primer año fue uno muy político en el contexto universitario, nunca me sentí ofendida por nadie y me sentí cómoda, porque se mantuvo el respeto. Hoy agradezco los vínculos y las amistades que formé, que espero me acompañen siempre”.
- ¿Cuáles son las diferencias en la Facultad mientras estudiaba María José en comparación con Juan Manuel y María Paz?
JM: Han pasado más de 30 años desde nuestro egreso, y veo a la facultad muy distinta. Por ejemplo, a nosotros nos hacían clases muchos abogados que ejercían la profesión (era el modelo de la época) y en cambio hoy predominan los académicos de carrera. Naturalmente, eso impacta en las metodologías y en los temas de interés. Respecto de lo primero, me parece que nuestra hija estudiaba tanto como nosotros (quizás más), pero la gran diferencia es que ella tenía muchas más lecturas y, en cambio, a nosotros se nos ponía el foco en el texto legal y sus interpretaciones por la jurisprudencia. La orientación del plan de estudio también era distinto, más inclinado a lo empresarial, quizás porque la relación con IPEVE aún subsistía. Por ejemplo, teníamos ramos de Matemáticas y Contabilidad. En cambio, me parece que desde hace ya muchos años que la Escuela es muy reconocida en Derecho Público y Procesal Penal, materias en que los profesores son siempre consultados en la prensa. Y sin contar las diferencias en los medios materiales, como la biblioteca, auditorio, entre otros, donde el progreso es realmente abismal.
MP: Ciertamente hay diferencias, porque más de 30 años para una institución es bastante tiempo. La UDP se ha desarrollado, ha crecido, se ha integrado, pero creo que no ha perdido su esencia de ser una universidad privada que busca la excelencia.
- ¿Qué destacan de su formación profesional en la UDP?
JM: A nosotros nos tocó vivir un alto nivel de exigencia por parte de los profesores porque en esa época la Universidad estaba empezando y necesitaba crearse de manera rápida su prestigio. Teníamos profesores de lujo que estaban altamente comprometidos con el proyecto, y eso lo transmitían a los alumnos. En lo personal, agradezco haber recibido una formación muy sólida en los ramos que constituyen los pilares del ejercicio profesional.
MP: Creo que nuestra formación profesional fue muy buena. Personalmente, me marcó el haber contado con muchos profesores que, junto con su labor académica, ejercían la profesión, por lo que nos transmitían no solo conocimientos, sino su experiencia, ética y criterio, cuestiones vitales en la preparación de un abogado.
MJ: Yo destaco las oportunidades que la Universidad me dio y que pude tomar. Ser ayudante de un ramo, participar del intercambio internacional y luego tener la flexibilidad para trabajar como procuradora, armaron un buen currículum con el que luego conseguí un buen trabajo. Además, destaco el esfuerzo que hizo la Universidad en mis últimos años de estudio por darle practicidad a la carrera, a través de ramos como comunicación oral e inglés.
- María José, ¿cómo fue tu decisión de estudiar en la misma Universidad que tus padres?
MJ: Mis papás hablan mucho de la Universidad porque mantienen muchas amistades de esa época. Por esta razón, yo sentía que, en cierto sentido, conocía la universidad. La recomendación venía de demasiado cerca. Había profesores que, leyendo mis apellidos, me preguntaban si yo era hija de María Paz y Juan Manuel, a quienes recordaban con cariño. También yo me presenté orgullosa a profesores como Jorge Mera, contándole que ya tenía alumnos de la segunda generación. Detalles como esos hicieron que mi paso por la universidad tuviera algo especial.
JM: María José eligió por sí misma a la UDP, aunque puede haber influido que nosotros siempre nos hemos sentido orgullosos y satisfechos por nuestro paso por ella.
- ¿Sienten que la UDP tiene un lugar especial en su historia como familia?
El hecho de que nuestra hija María José haya estudiado en la misma Facultad de Derecho que nosotros sin duda es un hecho que nos da un profundo orgullo y nos marca como familia. Somos Portaleanos y eso quiere decir que pasamos por una Universidad que nos formó no solo profesional sino éticamente y que formamos parte de un proyecto que sigue adelante.