Una invitación para los/as alumni de Derecho UDP: La ética en tiempos del caso Audios

COMPARTIR

Jaime Couso, decano Facultad de Derecho Universidad Diego Portales.

01 / 10 / 2024

El lanzamiento de este newsletter se produce en medio de un bombardeo de noticias, casi a diario, por las innumerables aristas del caso Audios.

¿Y qué tiene eso que ver con nosotros?

Mucho.

El proyecto de nuestra Facultad, que buscamos difundir y fortalecer a través de República 105, pretende ser nuestra contribución al Derecho, a la justicia y a la democracia a través de la formación de abogadas y abogados competentes, reflexivos e íntegros. Sin embargo, la crisis valórica de la que el caso Audios parece dar cuenta, amenaza con restarle credibilidad a uno de los mensajes más importantes que procuramos transmitir a nuestros estudiantes en la carrera: el camino del Derecho supone, más allá de las reglas, un compromiso ético básico, el rechazo a los privilegios y ventajas inmerecidos, y el cultivo del juego limpio, desdeñando los atajos indebidos.

El Estado de derecho y la propia democracia, que suponen el reconocimiento de la igual dignidad y derechos de todas y todos, dependen de una cierta ética civil, de una cultura cívica en la población, que exige el apego a las reglas, el uso de la razón y de procedimientos democráticos – y no de la fuerza – para establecer y aplicar las reglas. Y, quienes ejercen el derecho, – abogados y abogadas – tienen una responsabilidad primordial en el cultivo de esa cultura cívica, que supone el apego a la ética de la profesión jurídica.

En efecto, si el resguardo de los intereses –económicos, políticos, profesionales– de individuos y grupos, en situaciones de competencia o conflicto, no queda entregado a una decisión imparcial, conforme a reglas, que discierna las mejores razones, sino que viene determinado por los contactos cultivados, las redes tejidas y las lealtades compradas por medio de favores de quienes tienen el poder de decidir, la democracia sería una ilusión. Y la profesión jurídica también lo sería, y nuestros estudiantes no tendrían razones para creer en ella; pues la clave del éxito profesional no pasaría por aprender bien el derecho, entrenarse en la destreza de la litigación, investigar con celo los hechos y pesquisar las evidencias, sino tan solo echar mano de aquellas redes, contactos y lealtades compradas y cultivadas.

Mantener y renovar la credibilidad de la democracia y del derecho entre nuestros estudiantes, y entre nuestros conciudadanos, es una tarea de todas las instituciones y, también, y en una medida muy importante, de las instituciones educativas como nuestra Facultad de Derecho. Docentes y autoridades no podemos eludir nuestra responsabilidad, pero también resulta fundamental el testimonio de sus alumni. Ustedes, mejor que nadie, pueden ejemplificar con su desempeño profesional y sus historias de vida, que es posible – y es un imperativo – hacer una carrera con apego a las reglas y a los principios éticos que las sostienen. Y que ello exige saber perder, evitar la ganancia fácil o inmerecida, y tener paciencia para seguir el camino más largo, cuando el camino más corto pasa por negar los derechos de terceros y echar mano de ventajas indebidas.

Les invito a que no dejemos que, en medio de las revelaciones del caso Audios, se imponga el discurso cínico, que capitula resignado ante las señales de una corrupción que, a ratos, parece pervasiva. Quienes tenemos más años sabemos que no es cierto que “todo tiempo pasado fue mejor”. El revuelo que el caso ha provocado bien puede dar cuenta de un nuevo estándar ético más exigente, como el que parece querer imponerse, por ejemplo, en relación con los sistemas de nombramientos de jueces. Si es así, hay que celebrarlo.

Este es nuestro llamado a contribuir a la formación de la nuevas generaciones de portalianos, a través de las diversas iniciativas impulsadas por la Facultad y el Consejo de Egresados/as, como los programas de pasantías y mentorías, alertándoles sobre qué prácticas profesionales son inadmisibles, qué compromisos éticos exige ser abogada y abogado UDP, y cómo es posible alcanzar, genuinamente, reputación y éxito de la mano de estos compromisos.